Gobiernos, taxistas, abuelas, políticos, disidentes políticos, columnistas de periódicos, músicos y cualquier idiota puede tener hoy en día un blog. Hace unos años era una moda abrirse un blog y sin embargo, como decía hace un par de años Hernán Casciari, ahora la gente que no tiene nada que contar ya no abre un blog, sino que tiene una cuenta en Twitter o en Facebook.
Ahora que tener un blog ha dejado de molar (creo que ahora lo que se lleva es abandonarlo), me he decidido a abrir uno porque he encontrado la necesidad de contar ciertas cosas: pequeños trabajos que he hecho, scripts, pequeños manuales o anotaciones sobre nuevas tecnologías. Y también sobre cosas que no tienen por qué estar relacionadas con la informática.
Esperemos que la aventura dure el máximo tiempo posible.